El Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito de los Estados Unidos, encargado de la jurisdicción de California, sede de Apple, ha desestimado finalmente la demanda colectiva presentada en 2006 contra la compañía de la manzana que acusaba al iPod de ser responsable de pérdidas de audición.
En la demanda original, un hombre de Luisiana afirmaba que el iPod era capaz de provocar una pérdida irreparable de nuestra capacidad auditiva a causa del diseño de sus auriculares y la ausencia de indicadores de volumen. El Tribunal del Distrito Norte de California desestimó la demanda en 2008 al concluir que su diseño no causaba un riesgo irrazonable de pérdida auditiva inducida por el ruido. El juez declaró que la demanda se había limitado a señalar la manera de hacer que el reproductor fuese más seguro, pero no mostraba que fuese peligroso en si.
La demanda también alegaba elementos de competencia desleal que también han sido desestimados en este último recurso ante el Tribunal de Apelación. Está claro que, por supuesto, un iPod puede perjudicar la salud auditiva si se escucha a todo volumen sin parar, pero también lo es que nadie obliga a un comprador a hacerlo, y de hecho los iPod incluyen un control de volumen totalmente ajustable.
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